Kawasaki ha presentado su modelo KX450F, una moto de campo pensada para el trato más duro pero que no renuncia a montar la tecnología más avanzada de cara a asegurar mayores prestaciones a los pilotos y una gran estabilidad en el paso por curva que los modelos anteriores de la firma nipona. El manillar y los reposapiés de esta montura son totalmente ajustables, permitiendo que cada usuario configure la extensión y altura de estas piezas para así dar con la posición de conducción idónea. Es una moto muy maniobrable. De hecho, sus creadores se han esforzado tanto en este apartado que han recurrido a medidas incluso un poco extremas como reducir la longitud del silencioso trasero en 60 mm. Se ha entrado tanto en la perfección de los detalles que parece una moto auténtica de competición y no un producto en serie, adquirible en cualquier concesionario.
El motor es heredado del mundo de las carreras. Su propulsor de 4 tiempos e inyección electrónica rinde muy bien a cualquier régimen de revoluciones. Asegura una buena aceleración desde cualquier punto de partida. Por si fuera poco, viene de serie dotado con un sistema de mapeo, con lo que el propietario puede escoger entre tres programas de rendimiento en función del terreno en el que se vaya a conducir. Para los clientes que vayan a competir en carreras, la firma ofrece como opción un kit de calibración de la inyección, para así dar con una puesta a punto óptima. Quizás su único punto un tanto discutible es la transmisión, ya que su caja de cambios dispone de 5 velocidades en lugar de las 6 marchas que ya montan algunos modelos de la competencia.
Por último, la parte ciclo está a la altura del resto del conjunto. La horquilla invertida viene equipada con separación de aire y de aceite. Así mismo, se ha construído prestando especial atención al tema de la fricción, con un recubrimiento específico de las barras para así asegurar una larga vida de las mismas. El chásis es 4 mm más estrecho que su precursora, para así mejorar la precisión en la entrada en curva. Los frenos se caracterizan por su gran mordiente y resistencia al fadding, además de asegurar un perfecto funcionamiento aunque las condiciones de la pista sean duras, como por ejemplo en aquellas ocasiones en las que el piloto se vea obligado a enfrentarse a un firme con mucho barro.
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